domingo, 24 de marzo de 2013

MICROCUENTO (II)


El anciano regresó a su pueblo con la mente puesta en una inminente despedida. Observó el campo ceniciento, antaño labrado por sus ajadas manos. Desde el asiento trasero del coche que lo devolvía a la capital se oyó un susurro apenas audible: ahora el campo está de luto.

2 comentarios:

  1. Una despedida bien silenciosa. ¡Muy intenso!

    Saludos

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  2. Muy triste tu micro, pero muy bien hilado...
    Veo por aquí amigos comunes, me quedaré un ratico, hasta estoy yo en
    El Microrrelatista

    Gracias por tu visita
    Besicos

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