-¡Demandar
a una medusa! ¡Es ridículo! ¡Un oprobio a mis conocimientos!
Esas
fueron mis palabras cuando mi jefe me encargó mi siguiente caso, pero su mirada
borró de mi boca todos los pensamientos que pugnaban por hacerse palabra.
Mi
cliente, miembro del Comité de Empresa, no pudo asistir a la decisiva reunión
donde se tenía que debatir una prórroga en su cargo y en la que fue desestimada
su pretensión, concediendo su cargo a su más férreo enemigo.
-¡Él
puso esa medusa allí, aunque no lo podamos demostrar! ¡Siempre ha querido mi
cargo! Solo él sabía que soy alérgico a la picadura de medusa. Me he informado
bien en internet y sé que contra él no podemos ir porque no hay pruebas pero la
medusa no se libra por cómplice –lo escucho decir mientras anoto en mi cuaderno
todos los datos que necesitaré para contentar a mi jefe.
Con este relato participé en el V Concurso de Microrrelatos sobre Abogados en el mes de Agosto. El relato debe tener una extensión máxima de 150 palabras y contener obligatoriamente cinco palabras que el Comité de Selección indica. Para el mes de agosto las palabras seleccionadas fueron: CUADERNO-MEDUSA-PRÓRROGA-COMITÉ-OPROBIO.
La abogacía es el arte de argumentar lo inexplicable.
ResponderEliminarSaludos.
Ciertamente lo es. Es todo un mundo. Gracias al concurso de Microrrelatos sobre Abogados puedo unir mi profesión con una de mis pasiones.
ResponderEliminarUn saludo y gracias una vez más por pasarte por mi blog y dejar un comentario.